Para la mayor parte de los padres sus hijos son caprichosos. Manuel quiere ser el primero en entrar al baño, Laura se niega a sentarse en la silla roja, Julia no quiere vestirse con esa ropa para salir a la calle, Javier quiere que siempre sea mamá para el baño… ¡Es desesperante para nosotros!

¿Están tratando de salirse con la suya? ¿Quieren gobernarnos?¿ Se creen que mandan ellos?

Estas exigencias tan típicas de todos los niños ¿Son realmente caprichos, o se trata por el contrario de comportamientos propios de su edad y desarrollo madurativo? Muchas veces, estamos plenamente convencidos de que actúan conscientemente para arrebatarnos el poder «¡Fíjate cómo me mira a los ojos cuando hace esa trastada!»

¿Qué ocurre realmente?

Efectivamente, está ocurriendo algo. El niño no está tratando ni de tender una trampa ni de poner a prueba a sus padres, sencillamente carece de la capacidad intelectual para ello.

«Los caprichos son respuestas del cerebro del niño al enfrentarse a situaciones excesivamente complejas para ellos.»

¿ Es un capricho? Test para salir de dudas

Para saber si tus hijos están tratando de engatusarte, os comparto una prueba tan fácil cómo rápida de aplicar. Probablemente tus hijos tengan un cubo o una superficie con aberturas para encajar las formas correspondientes. Mostrémosle dos aberturas, la cuadrada y triangular por ejemplo, y ofrezcámosle una de las formas, la triangular por ejemplo. Pregúntale entonces en qué agujero se ha de insertar dicha forma…

Mientras el niño tenga que probar para insertar la forma en la abertura adecuada y no logre verbalizar qué forma corresponde a cada abertura es totalmente incapaz de ser caprichoso.

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Parece ser que la mayor parte de los niños de 20 meses eligen al azar. A los 40 meses, introducen en el 80 % de los casos, pero incluso a esa edad distan de ser constantes. La mayor parte de los niños sólo acertarán tras cumplir los 4 años de edad.

Os invito a explorar cómo responde vuestro hijo o hija…

Abrazos,

Isabel Cano