Desde que nacemos estamos diseñados para ser animales sociales, venimos con un “kit evolutivo” para vincularnos. Desde que nacemos tenemos una dependencia absoluta del resto de miembros y del entorno. Es una necesidad fundamental de supervivencia. Un bebé necesita una persona que lo cuide, le proteja, le alimente, le de afecto… de manera continuada y coherente.

El proceso de hacernos personas comienza desde el embarazo, los padres empiezan a hacerse expectativas, atribuciones…que van ligadas a la manera de actuar y relacionarse con los hijos. Nos hacemos personas desde fuera hacia dentro, a través de los demás, del CONTEXTO ( familia, colegio, amigos…) Lo contextual es lo que tira del desarrollo de los niños, los adultos sirven de guía y ayuda, como andamios para que su hijo pueda pasar de un piso a otro y así ir subiendo pisos (superando tareas evolutivas). Sin estos andamios no podemos pasar, son como cadenas necesarias, como asignaturas llave para pasar de curso.

El bebé se va a adaptar a lo que el cuidador le ofrezca para poder satisfacer sus necesidades básicas. Utilizará su KIT para movilizar al otro que le ayuda a regularse, ganar autonomía… De aquí, se va a ir construyendo la relación entre el bebé y su cuidador que va  a configurar lo que se denomina estilo de apego.

Hay un experimento, realizado por primera vez a mediados de los 70 por Edward Tronick y sus colaboradores, pone de relieve la habilidad y la aptitud de los bebés para la comunicación emocional. El vídeo muestra cómo el bebé  trata de re-entablar la conversación con su madre cuando ésta se muestra inexpresiva, a través de distintas expresiones faciales, gestos… De promedio cada bebé (algunos de poco más de 3 meses) probaba 4 estrategias diferentes, mostrando su deseo y capacidad de interacción social. Y cuando ninguna de ellas generaba la atención deseada, el llanto y la pérdida de control de sus emociones y reacciones eran la consecuencia. Es decir, los bebés desde los inicios precisan de interacción y comprensión social y de expresiones faciales y corporales que les comuniquen emociones y objetivos para sentirse seguros y poder avanzaren su desarrollo.

Os comparto en enlace,

Un abrazo

Isabel Cano